LA BANALIDAD NUESTRA DE TODOS LOS DÍAS

CARLOS FELIPE BETANCOURT AZCÁRATE
MÉDICO OFTALMÓLOGO ASESINADO

“Es de los tontos.  Fácil: esperamos a que tome el dinero del cajero y camine hacia acá.  Lo asaltamos y listo.  Es de los tontos.  Fácil.”

Yo no los oigo, supuse -después de que sucedió todo- que así habló uno de los que asaltaron y asesinaron al médico, a quien esperaban regresara a su sitio de trabajo después de retirar dinero del cajero electrónico.  Uno, de pie, susurraba al otro, mientras este permanecía acelerando, en neutro, su moto. 

Así fue.  Llegó y a media cuadra de su consultorio, el que estaba de pie se dirigió a él.  El médico se resistió y recibió un disparo en el abdomen.  Uno solo.  El asaltante tomó lo suyo, se hizo parrillero y se perdieron por una de las calles.  Eran dos hombres en una moto –lo que se supone está prohibido-, no portaban cascos protectores ni chaleco antireflectivo.   Es decir: a ojos vistas de la policía…  A pleno día.

Era uno de los tontos…  Fácil… También creyó que las autoridades están obligadas a defender la vida, la honra y la propiedad de los buenos ciudadanos. Como si estas autoridades no dieran muestras, a diario, de cómo es que se valen de sus cargos para robar. Unas veces disparando, en otras no.