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E. BOTERO T.

jueves, 3 de marzo de 2011

EL HORIZONTE DE NUESTRA ÉPOCA III




LEVANTAMIENTOS POPULARES EN EL MUNDO ÁRABE Y EL MAGREB


Eduardo Botero Toro

Yemen, Oman, Barein, Egipto, Túnez, Jordania, Arabia Saudita, Libia, Marruecos, Argelia… ¡Arde el Magreb y otros más!

El gobierno de los EU y los países que conforman la OTAN, sin embargo, eligen uno solo de los levantamientos, el de Libia para atacar.  Venimos insistiendo en que estamos ante levantamientos populares, no dirigidos por direcciones políticas unificadas, muchas de las cuales apuntan a aprovechar la coyuntura para conseguir una cierta hegemonía en la dirección de los movimientos de protesta popular.
  EU y sus aliados pugnan por lo mismo, claro está: regidos por el norte del dominio sobre la producción petrolera.

El procedimiento norteamericano se ampara en la idea de promoción y respeto por los derechos humanos.  Un olvido deliberado y oportunista sobre Guantánamo y Abu Ghraib, facilita la retórica de sus funcionarios en el seno de los organismos internacionales.  Pretenden dar lecciones de apego a la democracia y a los derechos humanos los mismos que han impulsado y protegido las mayores violaciones en los últimos cincuenta años.

Guantánamo y Abu Ghraib alojan prisioneros a quienes no se les concede beneficio de protección alguna bajo los tratados de respeto al trato de capturados.  La sola sospecha de que participan en actividades terroristas basta; se incluyen prisioneros acusados de practicar el “terrorismo de baja intensidad”, figura creada por el Pentágono para denominar a quienes se oponen a sus planes imperiales en el mundo entero.

Se ha reportado que en las torturas practicadas en Abu Ghraib, participaron científicos y médicos norteamericanos, lo que obligó a que un bioético como Steven Miles denunciara en The Lancet, que se estaban violando caros valores éticos de la medicina y de los derechos humanos.  Su llamado a que se formalizara una investigación sobre los médicos y científicos vinculados con las torturas, ha sido desestimado por el gobierno americano.  Miles insiste en que los procedimientos de tortura fueron diseñados por un psiquiatra y un médico que participaron tanto en el diseño de los métodos de interrogación como en la supervisión de su aplicación a los prisioneros.  Contando con la complicidad de otros profesionales, los certificados de defunción de los prisioneros muertos por las torturas establecían como causa de muerte cualquiera otra que pudiera insinuar que la violencia había sido el procedimiento que ocasionara los decesos.

Debido a lo sucedido, en la actualidad se sigue una investigación contra Donald Rumsfeld, antiguo secretario de defensa del gobierno de Bush, en el Tribunal Supremo Alemán de Karlsruhe, por crímenes de guerra.

Los EU carecen pues de toda autoridad moral como para autoproclamarse defensores de los intereses del pueblo libio o de cualquiera otro de los pueblos que se han levantado en protesta contra el trato de sus gobernantes, muchos de ellos (precisamente los que el silencio oficial norteamericano esconde) permanentes aliados de los mismos Estados Unidos. 

Una realidad en materia informática como la que se ha configurado, demuestra que los medios están al servicio de los intereses de un gobierno y que han abandonado todo conato de afán por la neutralidad, la objetividad y la pulcritud en la información.  Cuando el gobierno norteamericano da la orden para que su porta-aviones se dirija a la vecindad de Libia, toda la información que se daba acerca de la sublevación en varios países, ha sido reemplazada por la noticia acerca de las intenciones estadounidenses.

Lo dicho: este levantamiento ha tomado desprevenidos a todos los que se habían acomodado a un cierto equilibrio en la correlación de fuerzas en el mundo árabe.  Inclusive a los gobiernos denominados progresistas.  La lectura que se está haciendo procura por todos los medios desconocer la realidad del origen de la protesta social, y la reacción militarista de los “grandes” está dictada por el pánico que les produce esa realidad.

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