Por María Cristina Irurita
El escándalo mediático, por presunción de violencia sexual , del ex director del FMI ( Fondo Monetario Internacional) contra una mujer de limpieza, africana, musulmana e inmigrante, en New York, me lleva a reflexionar acerca de temas como género, violencia sexual, lo jurídico , lo público y privado en sociedades occidentales, occidentalizadas y orientales .
Mis amigas francesas, cuentan que en Paris la broma de moda es. ¿“Tienes tiempo de un Strauss- Kahn”? a la manera de tomar un aperitivo. Al contrario; la sociedad norteamericana no ha hecho bromas al respecto, el rechazo ha sido total y la conducta sexual del ex director del FMI, sancionada penal y socialmente. La sociedad norteamericana, puritana en su mentalidad, se cuestiona en su doble moralidad sexual; el mensaje es claro: ”El Poder es un privilegio no un abuso”, desafortunadamente para DSK, el Establecimiento encontró su chivo expiatorio, una ofrenda jugosa, en uno de los hombres más poderosos del mundo.
¿Qué estaba pensando DSK, al cometer el “acto fallido” de la presunta violación? El uso del Poder masculino, se perfila como instrumento poderoso en las relaciones de dominación y opresión: Iris Marion Young (Principio de la Diferencia). La Declaración de los Derechos Humanos (1948), reclamó el Principio de la Igualdad y el de la Diferencia de género en un mundo gobernado por y para hombres; una mujer norteamericana, Eleonor Roosevelt, participó impulsando los derechos de las mujeres después del cataclismo de las dos grandes Guerras Mundiales, y de las guerras civiles fratricidas del siglo XX: Se debía enunciar un nuevo código de conducta entre los hombres, las normas de convivencia habían saltado en pedazos; fue así que Las guerras del siglo XX fueron propiciadas, luchadas, ganadas y perdidas por el Poder masculino. La influencia femenina, se reflejó en la restauración del tejido social de la Europa arrasada, se manifestó en las ciencias, arte, literatura, en la enunciación de un nuevo concepto de mujer. Una mujer francesa , Simone de Beauvoir (Segundo Sexo: Traducción Pablo Palant: 1972, Ediciones siglo veinte, Buenos Aires) propuso la igualdad en los derechos de la mujer; las luchas feministas se expresaron en la familia (Lo privado), y en el trabajo(Lo público), sin embargo el Poder siguió siendo masculino; el mundo de la post-guerra se repartió en Pactos de poder, lo que quedaba de una civilización cuestionada; separando pueblos, etnias y comunidades, tanto en los Balcanes y países de la Europa del Este ; como en los continentes expoliados durante el colonialismo: África y Asia, incubándose así, de nuevo, las guerras actuales del siglo XXI.