“La infatuación del cordero”; ensayo de Eduardo Botero, (marzo 2011); a propósito del libro:(SI ESTO ES UN HOMBRE: Primo Lev i: 1958, 1976, G. Einaudi Editores).
Reseña: María Cristina Irurita , junio 2011-06-06
En los ensayos referentes al trauma, Eduardo Botero analiza uno de los escritos testimoniales excepcionales , de la literatura del desastre : Primo Levi: “Se questo é un nomo“ ( Si esto es un hombre) proponiendo una bella metáfora : “la infatuación del cordero”.
Se refiere al testimonio de Primo Levi, quien legó su obra literaria con una postura ética, y moralmente comprometida, el escritor recupera su memoria, anudada con la memoria colectiva de sus circunstancias : el genocidio nazi del siglo pasado en la vieja Europa ; relata su experiencia de hombre humillado en Auschwitz. Su obra testimonial es única en la llamada “escritura del desastre” por la reflexión del ser humano, al ser sometido a una des-humanización en su dignidad humana; hoy, como ayer la bestialización de los seres humanos tiene plena vigencia.
El relato de Primo Levy, evoca los campos de concentración europeos , como institución de exterminio , el ser humano racional, salido del siglo de las luces, implementa un sistema eficaz, planificado, monitoreado , tecnificado de la manera de “quebrar” a un ser humano, hasta convertirlo en una bestia; Alemania en su apogeo era la nación de la filosofía, la música y la literatura ; sin embargo la efectividad como instrumento de aniquilación, le quedo gustando a los verdugos de cada civilización y época histórica y hoy como ayer se repite en nuestro siglo, a pesar del -“nunca más”-, no en función ya del autoritarismo sino en función de otras ideologías.
La historia de Primo Levy, se desenvuelve en la Italia fascista, de la pre-guerra, la guerra y los años de liberación; su identidad como judío solo es asumida en el campo de concentración, ya que como tantos europeos mediterráneos, el antisemitismo no se había cebado en su familia; al sobrevivir, su testimonio exorciza sus fantasmas personales y los autoritarismos: fascismo y nazismo ,solo quiere volver a ser un “hombre” y es sólo gracias al amor de una mujer, que puede reconciliar su naturaleza de ser humano.
Primo Levy acude a la escritura, como medio de reconstruirse como ser humano en la mirada del otro, primero en la mujer amada, después en la escritura, sus palabras son la de todos los sobrevivientes:”Mi propia escritura se convirtió en una aventura diferente, ya no en el itinerario doloroso de un convaleciente, de un hombre que mendigaba piedad y miradas amigas, sino en una construcción lúcida, que había dejado de ser solitaria”.
Pienso que la reflexión de Levy, es válida para todos aquellos que han temido por su vida, y han escapado de la pulsión de la muerte, demasiado poderosa para que el ser humano salga incólume de la experiencia traumática , la cercanía a la muerte cambia a los seres humanos descubriendo facetas ignoradas por ellos mismos.
Como sobreviviente de un cáncer de mama, mi convalecencia se acompaño en un estado de gran fragilidad emocional quizás la mirada, compasión por el Otro (a) pueda ser una manera de trascender la ”vergüenza de sobrevivir”; como mecanismo de compensación; las víctimas del trauma muestran compasión por otros seres humanos.
Eduardo Botero se refiere a un dialogo entre dos prisioneros del campo; Primo Levy y su interlocutor; un hombre alemán. La Relación dialógica se establece , no con los estereotipos, prisionero político y prisionero judío , lo importante son “los hombres”- no la diferencia - el testimonio de Levy, acude a su humanidad, su punto es el “comprender” al otro; su propuesta une a dos seres humanos, no importa que uno sea alemán y el otro judío, ambos prisioneros del campo, no son culpables de ningún delito, una de las características de los campos de concentración, es la inocencia de los prisioneros, solo por la voluntad de un sistema autoritario se niega la posibilidad de vida; para la victima solo : -“la facultad de negar nuestro consentimiento”- como lo afirma el prisionero alemán; es el único camino de reafirmar la dignidad humana; al proclamar la humanidad de los seres humanos, se reafirma la pulsión de vida y al no aceptar la re-victimización, el ser humano no se convierte en el cordero inmolado, triunfo de la barbarie, como sugiere Primo Levi de aquellos prisioneros que al devenir “ Kappos “ (guardianes) inmolan en dignidad humana al compartir la responsabilidad del verdugo.
Pienso, que en P. Levy, en Antelme , en todos y cada uno de los testimonios de supervivientes de grandes guerras del siglo XX y aun el de las “pequeñas guerras” de nuestros tiempos , los sobrevivientes han tratado de comprehender , la locura desatada por otros seres humanos. Quizás podemos asimilar esa comprensión del absurdo solo en el sentido Gadameriano de la historicidad de la comprensión como principio de conocimiento.
La historia desentraña el ovillo de los acontecimientos, la literatura recupera a través de la ficción, la memoria histórica, a veces tan brutal que es sepultada por generaciones venideras, es así que en Colombia, las guerras civiles del siglo XIX ( Constitución Política de 1886), siguieron su estela de muerte en la llamada: “ Época de la Violencia” y finalmente estallaron en la barbarie de la llamada Guerra del Narcotráfico , donde los “Ejércitos”: guerrilla, paramilitares y Fuerzas Militares han sacrificado millones de personas de la sociedad civil , no combatientes, no se ha cuantificado las pérdidas humanas , ya que hasta ahora se empiezan a
descubrir sus fosas de muerte. En Colombia la catarsis individual se representa en el arte: literatura con obras de escritores de la nueva generación: Evelio Rosero: Los Ejércitos, Tomas Gonzales, y Juan Gabriel Vásquez en el “Ruido de las cosas al caer”; plástica: Obregón, Botero y recientemente Doris Salcedo y muchos más, las nuevas generaciones relatan de manera critica el conflicto interno colombiano.
En el año 1976, Primo Levy accede a dar un ciclo de conferencias a estudiantes de secundaria, enfatizando su posición ética frente a la deshumanización: ”Nunca perdoné a mis enemigos de entonces ; pido justicia , pero no soy culpable , personalmente ,de pelear a puñetazos ni de devolver los golpes”( Los Hundidos y los Salvados).
Primo Levy al reivindicar su propia memoria, reivindica la memoria generacional de una sociedad que permitió el mayor genocidio humano existido antes y después ; su memoria, testigo lucido de lo que pasó , pasa a ser un referente no solo histórico sino ético y moral, a pesar del buscado olvido de la post-guerra, no permitió el olvido generacional de parte de los vencidos y de los vencedores : (su obra no fue aceptada por Einaudi (1947), una editorial modesta, imprimió un tiraje de 2.500 ejemplares; seiscientos se pudrieron en las inundaciones de Florencia, 20 años después, quien vetó el libro fue la escritora judía Natalia Ginzburg ).
¿En la relación dialógica: victima vs el victimario, la enunciación de su testimonio trasciende la catarsis individual a catarsis colectiva de una sociedad?
Al enunciar su testimonio, la victima escucha su propia voz, eco de las victimas silenciadas, ausentes, que no pueden expresarse por sí mismas , la catarsis individual se proyecta a la conciencia colectiva de una sociedad ,es en la representación del infierno vivido por la víctima, que al exorcizar sus demonios interiores , se permite el resurgimiento de su dignidad como ser humano, negándose al juego de ser de nuevo inmolada por su victimario .
Indudablemente el pueblo judío reafirmo su dignidad humana al no aceptar su re- victimización como “infatuación del cordero”, pero otros pueblos, no fueron tan lúcidos , no exigieron sus derechos ,no exigieron justicia y reparación y siguieron su camino de corderos inmolados, como el pueblo romania o gitano magistralmente descrito en la obra de P. Havel y en el cine de Kusturika , han sido de nuevo estigmatizados en la Europa de Berlusconi y de Sarkozy; otras minorías simplemente fueron exterminadas en los grandes genocidios de la última gran historia : kurdos en Turquía, romaníes en Alemania, judíos griegos en Salónica.
En los procesos de justicia transicional vividos por sociedades que han sufrido traumas de guerra, expoliación y dominación por victimarios, como en el proceso del África del Sur, al reparar los traumas sufridos en la población africana negra por el Autoritarismo Religioso del Apartheid, la concepción del “ La infatuación del cordero” ha recaído en la figura de la mujer africana y en su re-victimización ; como trofeo de guerra, otras sociedades patriarcales y machistas , protagonistas de guerras del narcotráfico como la colombiana y la mexicana, enmarcan su” infatuación del cordero” con el femenicidio de Ciudad Juárez, escrito para la posteridad por el inefable Roberto Bolaño: (2666: Herederos de Roberto Bolaño,2004).
Es importante, la propuesta de Eduardo Botero y su representación de la “infatuación del cordero” en nuestro proceso histórico, social y ético como reconstrucción de nación, hasta ahora, en el llamado proceso de justicia y reparación, se ha aplicado perversamente la figura de la “infatuación del cordero”, las victimas han sido manipuladas por la justicia redactada por y para los victimarios, al aceptar los sistemas morales del paramilitarismo.
Mi esperanza, como colombiana, mujer que ha vivido en estas épocas nefastas, sería una verdadera justicia social con la enunciación de la promulgación de la nueva “la ley de víctimas” (2011), no transigiendo con los valores morales impuestos por el narcotráfico.
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