GOYA Y FERNANDO VII: ANTECEDENTE DE LUCIAN FREUD Y LA REINA

GOYA Y FERNANDO VII

Existen varios retratos de Fernando VII  pintados por Goya.  Sea a propósito del retrato de Lucian Freud de Isabel II de Inglaterra, que recordemos un antecedente como el de un Goya sometido a crítica acusado de caricaturizar la figura del soberano.  Dos sesiones de modelaje, de hora y media cada una, bastaron al pintor para bocetar el rostro del rey y dedicarse a usarlo en todas las pinturas oficiales que le fueran encargadas. Hay que recordar que Goya era pintor oficial de la corte y lo fue hasta el final de sus días.  Algunos historiadores, reparan en que Goya no estaba conforme con hacer las veces de retratista y le interesaba referirse a otros sucesos que lo pusieran a distancia del neoclasicismo español, uno de cuyos pintores más destacados, produjo, paradójicamente uno de los mejores retratos de Goya: Vicente López su nombre.

Pero el suceso que “hermana” a Goya con Lucian Freud es la reacción que motivó su retrato del Rey, semejante a la que suscitó el de la reina, cuando se acusó a Freud de valerse de la obra para burlarse de ella y de todo lo que representaba.  A Goya, en su momento, también se le acusó de querer burlarse del rey, criticando su retrato por ser más una caricatura del monarca que el retrato esperado por todos. 

Sin embargo hay historiadores y críticos que recuerdan que de por sí, el rostro de Fernando VII era caricaturesco, tanto o más como el entorno que lo rodeaba y dueño de una personalidad grotesca, voluble y arbitraria que se entendía muy bien con la camarilla de aristócratas, burócratas aduladores y personajes de baja estofa. 

Partidario de la ilustración y enemigo de la traición napoleónica a la revolución francesa, al tiempo que pintor oficial de la corte, Goya estaba comprometido en silencio contra la camarilla reaccionaria de Fernando VII.  Su lucidez tal vez se expresa en que la mejor oposición al monarca estaba en pintarlo tal como era y no de otra forma… 

De todas maneras, con los retratos de monarcas de Goya y de Lucian Freud, sigue resonando la palabra del niño que grita ¡el rey está desnudo!