EN COLOMBIA : UN MILLÓN DE NIÑOS SON CRUELMENTE AGREDIDOS CADA AÑO, ESO INCLUYE 2000 HOMICIDIOS ANUALES, UN PAÍS DIGNO DE SER PRESIDIDO POR HERODES
Pilas, Presidente!
Por: Patricia Lara Salive
¡CÓMO ESCARBA DE HONDO ESA LLAGA que los gobiernos no quieren ver!
Informe de El Espectador del lunes 15 de noviembre, titulado “La razón de los locos”
Según él, el 40% de los colombianos ha (o hemos) padecido algún trastorno mental, y sólo el 23% ha recibido tratamiento. Y eso no es lo más grave: lo peor es que si nuestra locura individual no se trata ya, nuestra locura colectiva, es decir, nuestra violencia, seguirá ascendiendo en espiral, siempre con rostros distintos: provendrá de guerrillas, paramilitares, bandas urbanas, delincuencia común, pandillas juveniles, narcotráfico, bacrims, etc.
Y curarnos vale la bicoca de US$3 per cápita, esto es, 237 mil millones de pesos anuales, según datos de la Organización Mundial de la Salud, citados en este periódico por el siquiatra José Posada Villa, asesor en salud mental del Ministerio de la Protección Social.
Dice El Espectador que de acuerdo con un reciente estudio de The British Journal of Psychiatry, en el que participaron las universidades de Harvard y Michigan y el doctor Posada, “el 30% de los trastornos mentales en Colombia son fruto de adversidades asociadas con la disfunción familiar” (proveniente de divorcios, violencia, muerte de algún padre, abuso sexual, etc). Y “si logramos controlar estos factores, se reducirían hasta en un 23% los trastornos afectivos (depresión y trastorno bipolar), en un 27% los de abuso y dependencia de drogas, en un 31% los de ansiedad y en un 42% los de conducta (sicosis)”. (Y) “desafortunadamente —reconoce Posada— no estamos valorando como país el buen trato de nuestros niños y adolescentes. Estamos sembrando la enfermedad mental en su futuro”.
Y según el sicoanalista Fabio Eslava, consultado por esta columnista, los hijos que crecieron junto a padres drogadictos o sicóticos, es decir, cerca de un tercio de los colombianos, y quienes han sufrido abandono temprano de sus padres (por ejemplo, niños cuyas madres los amarran mientras salen a lavar ropa o a practicar el rebusque, pues no tienen quien se los cuide; o niños maltratados física o sicológicamente; o, incluso, niños de estratos altos cuyos padres se la pasan viajando, o en el club, o jugando bridge, y crecen en poder de niñeras o escoltas, etc.), que no sabemos cuántos son, pueden convertirse en generadores de violencia porque —dice Eslava— “cuando se vulnera la seguridad básica, que se adquiere en el comienzo de la vida en las relaciones del bebé con la madre, así como la constancia de normas representadas típicamente por el padre, la ansiedad se puede hacer intolerable. Con frecuencia —agrega él— esto resulta en personas que tienden a buscar soluciones a través de la actuación inmediata, y no mediante la capacidad de espera y el pensamiento. Son circunstancias que pueden llevar al niño a identificarse con figuras agresivas y a favorecer la intolerancia y la violencia”.
A lo anterior se agregan los abandonos sicológicos que en los niños se producen por las desatenciones o actitudes culpabilizadoras o destructoras de la autoestima que por falta de educación tantas veces tenemos los padres.
Todo ello significa que casi la mitad de los progenitores colombianos estamos en capacidad de generar hijos que en algún momento pueden involucrarse en actos violentos. Y que si el Gobierno no facilita que nos eduquemos para ser buenos padres, y nos tratemos adecuada y prontamente, esa espiral de violencia va a crecer en progresión geométrica.
De modo que ¡pilas con el tema, presidente Santos!
¿Donde puedo encontrar el informe de El Espectador del lunes 15 de noviembre, titulado “La razón de los locos”?
ResponderEliminarEn la página web de El Espectador
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