Este 19 de julio recibía, como sin duda bastante gente, un correo invitándome a firmar un petitorio presentado bajo la forma de una “Carta abierta a los responsables de Francia Cultura en el tema de la emisión de Michel Onfray programada desde fin de julio hasta fin de agosto de 2010 a las 19 horas”. Su texto, estaba precisado “fue establecido por un colectivo de psicoanalistas y enseñantes”. Sería de poca altura reproducir aquí esta “carta abierta”, tanto como comentar los términos de ella y entonces hacerlos valer. Por eso me contentaría con indicar que los firmantes pedían, piden que se ponga fin al contrato que liga a esa radio pública con Michel Onfray, es decir, que la emisión sea desprogramada.
Al día siguiente, habiendo dejado pasar una noche sobre el tema, respondí a quienes me habían solicitado, a saber O. Douville y J-J Moscovitz ( a quien llamo afectuosamente “Mosco” desde los tiempos en que nos frecuentábamos en el seno de la Escuela freudiana) lo siguiente:
Querido Douville, querido Mosco,
¿Desde cuándo los psicoanalistas intentan instaurar una relación de fuerza tal que prohíba a cualquiera hablar mal del psicoanálisis, sea de manera privada o pública?
¿Es esa una indicación que dan ellos en cuanto a su forma de acoger lo que se llamó “transferencia negativa”, esa falta de retroceso, esa relación frontal?
El punto no es demostrar en qué Onfray se equivoca, o de destacar tal o tal de sus aspectos ahora calificados como desafortunados, sino peor: el punto es saber ahí donde él dice algo verdadero y acoger una enseñanza de sus ataques, incluso de los más inoportunos.
Por otra parte todo esto carece terriblemente de humor…
Saludos a los dos
Allouch
PD: Sería formidable si ustedes difundieran estas palabras entre los firmantes de vuestro petitorio.
Esos firmantes son hoy, 24 de julio, la cantidad de 885. Sus tratativas redoblan un gesto de Élisabeth Roudinesco, señalado por Le Canard enchaîné, que apuntaba a obtener la supresión de una subvención que beneficia a la Universidad fundada por Michel Onfray.
En tales acciones toma su apoyo lo que un Jacques Lacan deseaba dejar de lado: la balanza. Y quizás uno de los grandes inspiradores de Freud, a saber Schopenhauer, describió el contenido de aquellas más o menos con estas palabras (citadas por Claude Rabant al final de su notable y última obra):
Para todo hombre con el cual ustedes entren en relación, no emprendan apreciación objetiva de su valor o de su dignidad, no tomen tampoco en consideración la maldad de su voluntad, ni la estrechez de su inteligencia, ni lo absurdo de sus ideas, pues la primera podría fácilmente suscitar en él el odio, y la última el desprecio.
Sin respuesta en este día de parte de Douville o de Moscovitz, propongo al director de l’Elp volver accesible a quienquiera este “intercambio” haciéndolo figurar en el sitio de la escuela.
Jean Allouch
PD: Ningún miembro de l’Elp figura entre los firmantes. Una feliz noticia ocurrida en la escuela por estos días, isn’t it*?
*N. del T: en inglés en el original
Traducción: Irene Kleiner
"Para todo hombre con el cual ustedes entren en relación, no emprendan apreciación objetiva de su valor o de su dignidad, no tomen tampoco en consideración la maldad de su voluntad, ni la estrechez de su inteligencia, ni lo absurdo de sus ideas, pues la primera podría fácilmente suscitar en él el odio, y la última el desprecio." Es uno de los aforismos más recurridos por los noveles estudiantes de filosofia. Y ya puestos, Roudinesco que pensaria? y, dijo algo al respecto?
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