INVITACIÓN A PARTICIPAR CON SUS COMENTARIOS

ES MUY IMPORTANTE PARA ESTE BLOG CONTAR CON LA PARTICIPACIÓN DE SUS SEGUIDORES, PARTICIPACIÓN ACTIVA, CONSISTENTE EN SUBIR SUS COMENTARIOS ACERCA DEL CONTENIDO QUE SE PUBLICA EN EL BLOG Y EN SUBIR SUS PROPIOS ARTÍCULOS.

E. BOTERO T.

sábado, 18 de septiembre de 2010

CAMBIO MI VIDA, VENDO MI VIDA

DE TODOS MODOS ¿LA LLEVO PERDIDA?




Supimos la noticia de una campesina nariñense que ofreció uno de sus riñones por treinta millones de pesos a quien deseara comprarlo.  Su oferta la publicó en la red y de inmediato generó interés en el periodismo radial que, a través de uno de sus más conocidos directores de noticias, se apresuró a entrevistarla. 

La pregunta inmediata fue: ¿Por qué pone en venta uno de sus riñones? A la que la campesina contestó: primero porque tengo una necesidad económica muy grande y, segundo, porque deseo ayudar a la persona que lo necesite. 

Ya sé que el procedimiento a seguir en estos casos consiste en reaccionar airadamente contra la persona que hace algo así para conseguir dinero.  El escándalo eleva el ratting de sintonía, acrecienta el valor de la pauta publicitaria y contribuye a mantenernos convencidos de que los colombianos estamos repletos con toda clase de personas dispuestas siempre, igual que en el slogan del aguardiente antioqueño, como sea pa’las que sea, forma habitual de dar el sí los sicarios cuando son convocados por sus patrones para ofrecerles el trabajito que todos sabemos: cómo sea pa´las que sea, patrón.

Privilegiando el enfoque dirigido a la ocurrencia de la campesina, escamoteamos la pregunta acerca de lo que en estos momentos se le está ocurriendo a una colombiana para hacerse a pinches quince mil dólares.  Lo que deberíamos ver y establecer tajantemente, que la situación de deterioro social suele revelarse a través de los detalles, queda absolutamente borrado por el escándalo mediático que sí sabe aprovechar la situación en beneficio de sus estrechas ambiciones inmediatas.

No es otra cosa que eso lo que se revela aquí, independientemente de la voluntad de alguien al que se le ocurre hacerse a ese dinero de esa manera.  Su proliferación, el hecho de que se está acrecentando progresivamente el número de colombianos y colombianas que están acudiendo a este expediente, denuncia el agotamiento de la cualidad que en un momento determinado se le adjudicaba al trabajo productivo.  Se obtiene más rápidamente quince mil dólares así, que trabajando honradamente.  Y el desgaste físico es, prácticamente, inferior en el primer caso que en el segundo.

Hay que estar seguros de que un médico no miente a un potencial donante cuando le explica que el procedimiento de extracción de su víscera no le impedirá conservar una adecuada calidad de vida.  Claro está, siempre y cuando no fume, no se exceda en sus dietas, no abuse del alcohol, no sea promiscuo, realice ejercicio orientado por  deportólogo, no se automedique, no se exceda trabajando, no trasnoche, no cuente con herencia para determinadas enfermedades, no compre en plazas de mercado sino en almacenes de cadena, no se involucre en actividades de riesgo, etc.   ¡Fácil! ¿No?  Pero no le estará mintiendo.

De ahí que a cualquier colombiano varado se le pueda ocurrir que  la donación de algunos órganos pares no siendo nociva para la salud, puede ser aprovechada en beneficio propio.  Un procedimiento quirúrgico, calculando que genera quince días de obligatorio reposo gana si se le compara con cinco años de trabajo incierto y miserable, ganando medio millón de pesos por mes, que es el salario mínimo actual. 

Este cálculo elemental no debería llamarnos tanto al escándalo por la determinación de quien lo hace como si con el hecho de que la vida en Colombia se haya convertido en algo que lo revela posible. 

Es indudable que los ciudadanos proceden validos de la satisfacción más favorable de sus intereses.  En eso no se diferencian, por ejemplo, del político que sabe se va a enriquecer no con el sueldo del cargo  en el que será nombrado sino con las oportunidades de enriquecimiento ilícito derivan de su ejercicio.  La experiencia de satisfacción de un individuo que invierte cuatro mil millones de pesos para hacerse a la presidencia de una nación, no se compadece con los, digamos, veinte millones de pesos que percibirá mensualmente.  Multiplicado por doce meses del año, la cifra  da 240 millones de pesos que por cuatro años serán 960 millones de pesos, es decir, apenas el 24 por ciento de la suma invertida para acceder al cargo.  Se necesitarían cinco períodos presidenciales para que la inversión se recupere y deje algo de utilidad.  Y al final del periplo no solamente estarán sufriendo los riñones. 

Se que se trata de un cálculo más que ingenuo, de una torpeza absoluta.  La cosa es más compleja, por supuesto, pero el ejercicio vale para preguntarnos porqué escogemos escandalizarnos con la campesina que ofrece su riñón en lugar de hacerlo con el hecho de que los promotores del escándalo escamotean consideraciones de mayor peso al momento de analizar el asunto. 

Pregunta, esta sí, ingenua.  Si Drácula se escandalizara, los malos padres dejarían de contar con un recurso demasiado eficaz a la hora de hacer tomar la sopa a sus críos. 

Que lo entienda el que quiera.   








1 comentario:

  1. Muy acertado su análisis social, somos unos amarillistas y caemos en círculos viciosos de vanidad absoluta. Gracias.

    ResponderEliminar