Caracol Televisión ha lanzado, hoy, su nuevo dramatizado, SECRETOS DE FAMILIA. Parece ser que a la programadora la ha tramado una nueva historia, seguramente truculente, en la que esta vez el objeto de sus más apetecidos anhelos no será la pobrecía, ni el lumpen ni alguna de las picarescas regionales. No, esta vez se ha metido con la High Class, con el "curubito".
Después de tan espléndidas muestras de interés por los que se han encargado, como se dice, de hacer el mandado o trabajo sucio que llaman, después de semejante ramillete de tetas, capos, carteles y tijeras, ya era hora de que la fanfarria se enfocara en las familias que se han encargado de determinar el trabajo sucio durante doscients años de historia de supuesta independencia. Ahora bien, no deberíamos llamarnos a engaño: si lo hacen no será seguramente para determinar el peso de sus responsabilidades en la ejecución de los delitos de lesa humanidad, sino para vendernos el eterno prejuicio pequeñoburgués de que no todos los ricos son malos.
Esto de la maldad o no de los ricos debe explicarse. Ni ricos ni pobres ni medio los unos ni medio los otros, ni son buenos ni son malos. Mamá ternura seguramente los juzga dividiéndolos en tales, pero a mamá ternura, sabemos, se le fueron las luces con los hampones. Se enamoró de ellos y no tuvo reparo alguino en entregarle las buenas almas de los honrados a la puntería de sus armas. De hecho, el mercado de adoradores de madre ternura se incrementó y su destinataria no dio muestras de misericordia eficaz y protectora de la vida de los inocentes que cayeron bajo las ráfagas de metralla del gangsterismo criollo.
La fanfarria bogotana gusta de mantener en auge la idea de que el bien está arriba y al mal está abajo. Ignorante de que ya en la Genealogía de la Moral Federico Nietzche había demostrado la procedencia histórico social de las palabras "bien" y "mal", continúa distribuyendo a granel el producto de su tienda de baratijas, entre ellas, la de que el bien está arriba, en la High Class, solo que ha sido usurpado por unos cuantos malhechores que, seguramente, terminarán derrotados en la serie, en contravía de lo que ha sucedido en la realidad, donde han conseguido el lugar de la hegemonía del que son capaces de hacer gala sacanto triunfantes sus reformas retardatarias mientras que el grueso de la poblaciión se extasía comportándose en la vida de esa manera autista que ha permitido a los primeros gobernar.
Serán secretos de familia los siguientes: la homosexualidad del político esposo de la nieta de la familia millonaria, la relación de amante entre la biznieta y su profesor, las relaciones sexuales entre una mujer madura y un joven intelectual, la hija natural nao reconocida por el patriarca, etc. Es decir, todo aquello que se abre paso, en lo social, haciendo las veces de movimientos reivindicativos, se supone que demostrarían las falencias propias de esa familia y su inmerecido prestigio nacional.
Mientras tanto: la colocación de la corrupción, la financiación de paramilitares y el asalto feroz al control del Estado, serán apenas acciones contingentes a las otras, a las escadalosas. Y sus promotores, frutas podridas en el seno de la familia prestigiosa.
Otra vez la Sagrada Familia hará su aparición en escena y su fementida inocencia será el acontecimiento que se dramatizará a lo largo de toda la serie. Para entretenimiento de aquellos que, habiéndose hastiado entreteniéndose con el gangsterismo, rosario tijeras, y las tetas anheladas, ahora quieren fijar su atención sobre los autores intelectuales de esta siniestralidad que llamamos realidad nacional.
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