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E. BOTERO T.

domingo, 19 de septiembre de 2010

PSICOANALISIS EN EXTENSIÓN VI -DEFINICIONES DE SALUD MENTAL

ENTIDAD Y/O AUTORES
DEFINICIÓN


OMS[1]

Es un estado de bienestar en el que el individuo desarrolla sus propias habilidades, puede enfrentar las tensiones normales de la vida y es capaz de hacer contribuciones a su comunidad.



FEDERACIÓN MUNDIAL DE SALUD MENTAL[2]

Salud mental es un estado de desenvolvimiento satisfactorio de las funciones mentales, de desarrollo de actividades productivas, relaciones enriquecedoras con los otros y de contar con la habilidad para cambiar y para enfrentar exitosamente la adversidad.



JOUBERT Y RABEURN[3]

La definen como la capacidad de cada uno y de todos para sentir, pensar y actuar en formas que aumenten nuestra habilidad de disfrutar de la vida y de enfrentar los retos. Es un sentido positivo de bienestar emocional y espiritual que respeta la importancia de la cultura, la equidad, la justicia social, las interconexiones y la dignidad personal.


PROBLEMAS RELACIONADOS CON LA DEFINICIÓN DE SALUD MENTAL






DISCUSIÓN CON RESPECTO A DEFINICIÓN OMS





OMS

Es un estado de bienestar en el que el individuo desarrolla sus propias habilidades, puede enfrentar las tensiones normales de la vida y es capaz de hacer contribuciones a su comunidad.



1. Se refiere al individuo lo que genera un problema cuando se define que la promoción de la salud mental no va dirigida a individuos sino a poblaciones, a grupos. 

2. Desarrollar (habilidades), enfrentar (tensiones normales) y ser capaz (de contribuir a la comunidad): todos estos verbos suponen acciones, pero no hay referencia ni al pensamiento ni a la emoción (Ver Brunner, J., Realidad Mental y mundos posibles). 

3. La exigencia de que todo ello sea en relación con un estado de bienestar como requisito para que las acciones efectivamente definan una buena salud mental.  En torno a las definiciones de bienestar resulta imposible evitar la emergencia de expresiones de valor con respecto al mismo, y como con respecto a los valores hay diferencias de todo tipo (culturales, sociales, generacionales, de género…) resulta imposible (e indeseable) pretender una sola definición de bienestar.

4. Si se establece que a una definición podría adjudicársele un valor de tipo heurístico*, cabría preguntarse si esta definición de la OMS sería adecuada en esa perspectiva.  Por lo pronto pareciera que no lo tiene (valor heurístico) pues desde la formulación remitida a lo individual, procura más obstáculos que posibilidades a la Promoción de la Salud Mental.

DISCUSIÓN CON LA DEFINICIÓN DE LA FMSM




FEDERACIÓN MUNDIAL DE SALUD MENTAL
FMSM

Salud mental es un estado de desenvolvimiento satisfactorio de las funciones mentales, de desarrollo de actividades productivas, relaciones enriquecedoras con los otros y de contar con la habilidad para cambiar y para enfrentar exitosamente la adversidad.


1. En esta definición el individuo no está señalado explícitamente aunque todo el tiempo se alude a él.

2. Se hace referencia a las funciones mentales y a las actividades productivas pero no a las emociones. 

3. Destaca como habilidad la de cambiar y enfrentar exitosamente la adversidad.

4. ¿Posee valor heurístico?: tampoco destaca el nexo entre diferencias culturales, sociales, generacionales, de género. 

5. La idea de la satisfacción reemplaza la de bienestar (en lugar de estado de bienestar se dice estado desenvolvimiento satisfactorio.

6. Tampoco establece el nexo entre determinantes de la salud mental y circunstancias específicas de los contextos (homofobia, racismo, discriminación por la edad, etc.).


DISCUSIÓN CON LA DEFINICIÓN DE JOUBERT Y RABEURN




JOUBERT Y RABEURN

La definen como la capacidad de cada uno y de todos para sentir, pensar y actuar en formas que aumenten nuestra habilidad de disfrutar de la vida y de enfrentar los retos. Es un sentido positivo de bienestar emocional y espiritual que respeta la importancia de la cultura, la equidad, la justicia social, las interconexiones y la dignidad personal.



1.  Esta definición remite tanto al individuo como a todos. 

2. Incluye pensamiento, emoción y acción, en relación con habilidades para disfrutar la vida y enfrentar los retos (pero no de “saber” inteligentemente reuhirlos).

3. ¿Un sentido positivo? O más bien ¿un sentimiento positivo? Relacionado íntimamente con el respeto por valores tales como equidad, justicia social, interconexiones (?) y la dignidad personal.

  1. Es quizás, de las tres, la que a mi parecer tiene mayor valor heurístico, pues coloca los elementos propios de la actividad mental (pensar, sentir y actuar) y hace alusión a aspectos fundamentales como justicia social, dignidad personal, respeto, todos ellos inherentes a la Promoción de la Salud Mental.

DISCUSIÓN ACERCA DE LA NECESIDAD DE CONTAR CON UNA DEFINICIÓN DE LO QUE ES LA SALUD MENTAL


Apoyándonos en el trabajo de Carmen Millé y Haydée Rosovski[4] presentaremos algunos problemas que ofrecen las anteriores definiciones, advirtiendo por nuestra parte la diferenciación evidente que expresa la tercera de ellas, producida por Joubert y Rabeurn.

Las dos autoras mencionadas destacan de entrada un problema y es que la salud mental no se refiere solamente a individuos, sino que también debe referirse a grupos (Joubert y Rabeurn lo mencionan), problema evidente en las definiciones propuestas por la OMS y por la Federación Mundial de Salud Mental. 

“La salud mental no es simplemente una característica de los individuos: las escuelas, vecindarios, organizaciones y grupos específicos (mujeres, refugiados o migrantes, por ejemplo) pueden tener bajos niveles de salud mental como resultado de la exclusión, la pobreza, la violencia, el desarraigo y la inseguridad”.[5]

Igualmente la discriminación por género y por edad, la homofobia y la discriminación racial también pueden incidir sobre la salud mental de las poblaciones.  Pero, además, el hecho de que la salud mental varíe en las diferentes etapas de la vida ofrece particulares dificultades al momento de intentar una definición única de lo que es salud mental.  Sin mencionar la incidencia decisiva de factores ambientales, económicos y sociales, que disponen a las personas y a los grupos de modos diferentes frente al estado de salud mental.

Las autoras citan lo que ha sido identificado por otros autores como problema a uno que, creemos, ofrece especiales posibilidades a que, por ejemplo, el respeto por la diferencia, concepto que se promueve como saludable desde el punto de vista mental, haga parte del modelo mismo.  Nos referimos a  que sea difícil lograr un consenso acerca de lo que es la salud mental. Los autores son Cowen[6] y Secker[7].  La forma en que lo expresan es interesante citarla:

Aunque hay acuerdo sobre algunos ingredientes de lo que constituye la salud mental no hay un total consenso, ya que dentro de toda definición de bienestar se encuentran, abierta o encubiertamente, expresiones de valor. Dado que los valores varían según las culturas - así como a través de subgrupos e individuos dentro de una misma cultura-, la definición ideal e uniformemente aceptada de qué es salud y salud mental es difícil de alcanzar, lo que ha representado un reto y una limitación para el desarrollo de programas.[8]

Vale la pena considerar que estamos no ante un defecto sino ante una virtud y que definiciones “ideales e uniformemente aceptadas” no solamente son difíciles de alcanzar sino indeseables.  Aunque no imposibles…

DIFICULTADES PARA LA DEFINICIÓN DE LA SALUD MENTAL

Son varias las causas que dificultan el logro de una definición de lo que es la salud mental:

1. La primera es que se trata de un tema cuyo contenido es altamente valorativo.

a. Las evaluaciones de los síntomas que se aplican a individuos o poblaciones, varían según las representaciones sociales existentes y los paradigmas científicos predominantes.[9],[10]

b.  Un mismo comportamiento puede evaluarse de modo diferente dependiendo del contexto en que se realiza.

2. Un mismo comportamiento, pensamiento o emoción pueden abordarse de modo diferente según sea la perspectiva psicológica desde la cual se analice.[11]

3. Las representaciones populares de la enfermedad, que también varían según las regiones, las épocas o las poblaciones.

4.  Existen diferentes criterios para definir la salud mental dependiendo qué sea lo predominante en el enfoque, si el diagnóstico, si lo epidemiológico, cuestionándose el hecho de que la selección de criterios diagnósticos produce un solapamiento de lo real al punto de que la enfermedad dependerá del cumplimiento o no de los criterios seleccionados.[12]

En resumen, la confluencia de estas cuatro causas, hace inviable la posibilidad de contar con una definición uniforme y única de salud mental.[13]

Pero, por otra parte, los conceptos de salud y de enfermedad mental, también están sujetos a dificultades en lo que se refiere a su definición y a los alcances que se  adjudican a cada uno. 

1.  Alguien puede tener un problema relacionado con la salud mental sin estar mentalmente enfermo.[14] Pensar, por ejemplo, para el escritor o el filósofo o, en general, para el intelectual, en muchos casos tiene por requisito estados de ánimo que una aplicación de las categorías con las que se definen los síntomas podría inducir a diagnosticar enfermedad mental.  La variedad de caracteres y personalidades, ninguna de las cuales necesariamente postuladas como modelos de salud mental y que incluyen relaciones diferentes con respecto a lo que para otros podría representar ocasionamiento de síntomas, igualmente puede incluirse en esta crítica.

2.  Una cosa es considerar la enfermedad mental como algo patológico y otra es enfocarla como una reacción adaptativa[15] ante las presiones del medio, del contexto social, de la vida familiar, etc.  Así, los procesos migratorios[16], el desempleo, las diferencias de género, de edad, de clase social[17], entre otras[18], tienen un papel fundamental en los modos de enfermar o de estar sano mentalmente.

3. Todas las definiciones soslayan un hecho fundamental y como es el derecho de todo individuo a un poder sobre su propia vida, lo cual incluye al cuerpo y a lo que él quiera hacer con el mismo, su pensamiento y a como él quiera pensar, su comportamiento y a cómo él decida practicarlo…  Claro está, incluyendo la responsabilidad por asumir las consecuencias de su ejercicio de libertad.  Esto aplica también para poblaciones, como en el caso de comunidades que deciden prácticas diferentes a las impuestas por un modo de producción hegemónico, tal el caso de comunidades indígenas que niegan la autorización de procedimientos técnico-económicos que a su parecer violan valores supremos de su específica relación con el medio ambiente.







[1] WHO, Information Fact Sheet N° 220. Strengthening Mental Health Promotion, 2001

[2] Mental Health & Work The World Federation for Mental Health, Co–sponsored by WHO. 10 October 2001, pág. 71

[3]N. Joubert., J. Raeburn. 1998 Mental Health Promotion: People, Power and Passion. International Journal of Mental Health Promotion. Inaugural Issue. Pavilion Publishing (Brighton) Limited. págs. 15-22

*Del griego "heurísko", (encontrar, inventar), es el término con el que nos referimos al método o procedimiento usado en la investigación o en el descubrimiento de algo.
[4] Mille, C. y Rososki, H., Promoción de la salud mental: un enfoque basado en la evidencia, Fotocopia, México, DF, 2002

[5] Ibíd.
[6] Cowen, E. The enhancement of psychological wellness: Challenges and opportunities. American Journal of Community Psychology, 1994, 22, 149-179. 

[7] Secker, J. Current conceptualizations of mental health and mental health promotion. Healt Education Research, 1998, 13, 57-66.

[8] Millé, C., Rososki, H., op. cit. s.p.
[9] González de Pablo, A.; Arrizabalaga, J.; Arquiola, E.; Martínez, J.; Huertas, R. y  Montiel, L. (1993). "La locura y las enfermedades mentales en la Historia". Historia 16. Madrid.
10. Rosen, G. (1974). Locura y sociedad. Sociología histórica de la enfermedad mental. Alianza Universidad. Madrid.
11. Silvana de Rosa, (1987). "The social representations of mental illness". En W. Doise y S. Moscovici (Comps.). Current issuses in european social psychology. Vol 2. Cambridge University Press. Cambridge.





[12] Mirowsky, J. y Ross, C.E. (1989).  Social causes of psychological distress.  Aldine de Gruyter. Nueva York.

[13] Warr, P. (1987). Work, unemployment and mental health. Oxford University Press. Oxford.

[14] Jahoda, M. (1980). Current concepts of positive mental health. Arno Press. Nueva York (Trabajo original publicado en 1958)

[15] Cochrane, R. (1983). The social creation of mental illness. Longman. Londres
[16] Alvaro, J.L.; Torregrosa, J.R. y Garrido Luque, A. (1992). Influencias sociales y psicológicas en la salud mental. Siglo XXI. Madrid.

[17] Bastide, R. (1988). Sociología de las enfermedades mentales. Siglo XXI. Madrid. (Trabajo original publicado en 1965).

[18]Tusquets, J.L. y M.J. Murcia, M.J. (1988). Enfermedad mental y entorno urbano. Metodología e Investigación. Anthropos. Barcelona.
 

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