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E. BOTERO T.

sábado, 18 de septiembre de 2010

MAÑANA DOMINICAL A TRAVÉS DE LA LECTURA DE PRENSA

DOMINGO DEL SEÑOR…



Si hay una cosa en la tierra
más importante que Dios
es que naide escupa sangre
pa´que otro viva mejor

Atahualpa Yupanki


INTROITO

Noviembre: 22 de noviembre de 2009, horario matinal, silencio de domingo, buen café, las chicas duermen, la prensa ha sido deslizada bajo la puerta por el respectivo distribuidor.  El Espectador, El País, El Tiempo.    

El contexto geográfico: Colombia, Cali,  Altos de San Fernando, o Tejares, los taxistas no se ponen de acuerdo con el último nombre, el del barrio.  Sin embargo creo saber dónde estoy parado.

Otros elementos para contexto: culminación de una semana copada por la noticia de las declaraciones  y las acciones del gobierno venezolano, sorpresa por la oferta de intermediación del gobierno de Estados Unidos, ironía hiperbólica de Tola y Maruja (“El gobierno de Estados Unidos no acostumbra meterse en los asuntos internos de los países que invade”), infame triunfo tramposo de Francia y por el cual eliminó a Irlanda para la próxima Copa Mundial de Fútbol, regreso de Obama de su viaje a la China y a Corea del Sur, Chávez habla de Uribe en el mismo tono que Uribe habla de la Corte Suprema de Justicia y, a su vez, la Corte se comporta con las declaraciones de Uribe como Uribe se comporta con las declaraciones de Chávez. Una tentación emerge impetuosa en la cabeza: crear una nueva rama de las Ciencias Políticas que sin dudarlo se puede llamar esquizo-política.

Un elemento final: anoche soñé que  era negro y que era designado para llevar un mensaje a Obama.  Ya la cita estaba reservada, esperaban mi viaje. Me desperté cuando me olían los perros en la aduana y uno de ellos ensañaba su olfato con una porción de mi humanidad que procuro, siempre, mantener oculta.  Pensé: estos perros, a fuerza de meter droga se vuelven homofílicos.  Recuerdo haberle preguntado al amo del perro porqué el animal era racista.  Me respondió preguntándome, a su vez, si yo no me había enterado de que en Colombia se había acabado el racismo.  Desperté.  Después, el café, etc.

ESPECTADOR DE EL ESPECTADOR

Sirvo una taza, pruebo todavía humeante el café, ocupo la poltrona, enciendo el televisor buscando fútbol inglés aunque sea en repetición, tomo la prensa, escojo El Espectador.  A medida que voy pasando lectura a sus páginas, supongo que ésta ha sido  la mejor edición que he tenido en mis manos del diario de los Canos.  No me extenderé acerca de su contenido.  Solamente diré que leo este periódico convencido de que presenta un excelente equilibrio entre la noticia –siempre en profundidad- y la opinión que ocupa, los domingos, más de cuatro páginas.  A medida que voy leyendo las primeras, me posee una extraña y progresiva sensación, mezcla de expectancia con desconcierto, que se va acrecentando hasta llegar a las páginas de opinión.

En esta edición aparece la columna de Héctor Abad, titulada “Tender puentes, volar puentes”.  Fragmento que llama mi atención:

Es evidente que Chávez ni siquiera entiende a Uribe.  Cuando lo acusa de ser ´más yanqui que colombiano´ se ve que no tiene ni idea de quién es este señor de poncho y carriel, más antioqueño que la arepa y el chicharrón.  Hay una izquierda muy torpe que piensa que por el hecho de no ser pobre alguien deja de ser latinoamericano.  Uribe entiende menos a Estados Unidos que el mismo Chávez, y se sentiría más extranjero en el norte que el propio coronel. Así que su nacionalismo es tonto cuando acusa su vecino de ser gringo.
Estupendo, quiero decir, es cierto. Chávez no ha tenido empacho alguno en citar documentos desclasificados de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense donde Uribe aparece en el número 82 de la lista de narcotraficantes y cómplices del Cartel de Medellín.  Uno puede establecer que hoy -como ayer, con otros- a los Estados Unidos les puede convenir sus alianzas con el gobierno de Uribe; ignora Uribe, ni puede asegurar nada ninguno de nosotros, si mañana las cosas seguirán igual.  Parece que es más difícil ser amigo de ellos que enemigo, la opinión es autorizada: Kissinger. 

Sigo de largo y paso a la página 39, después de sonreír con la caricatura de Cándida, la prostituta callejera, tan asiduamente visitada por todos. 

Todavía con sonrisa y preocupación, en la página  me encuentro con lo siguiente:  en primer lugar la sección dominical habitual de “El Rincón de la Academia”, en segundo lugar con la columna de Alfredo Molano Bravo esta vez titulada “Mochilas al Viento”.

En “El Rincón de la Academia” leo:

Las comunidades afrocolombianas enfrentan graves condiciones de pobreza y miseria, y son las víctimas más frecuentes del desplazamiento forzado.  La discriminación racial, además, reproduce a diario la invisibilidad y marginalidad de la población negra.

“¿Cómo se construyó el concepto de racismo? ¿De dónde viene la noción de raza y desde cuando comenzaron a utilizarla en el país? Estas son las preguntas abordadas en el libro ‘Genealogías de la diferencia.  Antología de ideologías’ (Universidad Javeriana, Bogotá, 2009), editado por la profesora María Eugenia Chávez”, escribe el redactor de la sección.

Paso a la columna de Alfredo Molano Bravo, todavía al pensamiento lo habita la intención de conocer el libro de la investigadora, publicado por la universidad de los jesuitas.  Me parece muy útil para conversar con mis estudiantes.

En “Mochilas al Viento”, Molano comienza su columna destacando lo que para él es signo de este tiempo:

Primero los persiguen y acorralan, después los asesinan.  Pasan los años con el peso de la culpa en las costillas, les erigen estatuas y monumentos a indígenas, negros y colonos.  En Florencia hay un monumento a los colonos, carne de ganaderos; en Ciénaga, uno a los negros, masacrados por orden de la United Fruit Co., y en Neiva uno a la Gaitana, bello, por lo demás.

Después pasa a relatar que los diseños autóctonos logrados por los indígenas artesanos son impúdicamente copiados por empresas norteamericanas y colombianas para efectos de, con su venta, conseguir recursos, en una llamada noche de gala en Miami, con el fin de financiar obras educativas y de salud con dichas comunidades, “que no serán  cosa distinta a una especie de Caballo de Troya de donde saldrán drogas patentadas, cremas de marca y revistas de moda”, explica Molano.  Copias vulgares, mamarrachadas y clasistas que así   llama a las que abusivamente hacen todos los que se han enriquecido con esa producción artesanal.  La columna termina con una Coda, que cito en su totalidad:

Ophra Winfrey es una de las más prestigiosas presentadoras de televisión gringas.  Alguna vez invitó a su programa al no menos famoso Tommy Hilfiger y le preguntó si era cierto que él había dicho: “Si yo hubiera sabido que afro-americanos, hispanos, judíos y asiáticos comprarían mi ropa, no la hubiese hecho tan bonita.  Yo desearía que esta clase de gente NO comprara mi ropa, ya que es hecha para una clase superior de gente blanca”.  El diseñador respondió con un seco SÍ.  Ophra lo echó del estudio.  La ley del embudo.*

Quedo, como se dice: estupefacto.  Mi sensación se confunde con la imposibilidad de comprender el remate de esa Coda, ¿cómo así que “la ley del embudo”), pero pronto suspendo esta perturbación intelectual y me concentro en lo que cuenta Molano acerca de aquellas declaraciones del diseñador.  Yo no uso esa ropa, aunque debo decir que me gusta, solo que si la comprara me quedaría sin dinero para cumplir con mis obligaciones permanentes.  Me refiero a salud, educación, techo, comida, obligaciones crediticias, etc.  Esas que en otros países no necesariamente idealistas ni utópicos, le reconocen a todo trabajador como devolución de su contribución impositiva.  Reparo, sí,  que siempre me hago la pregunta acerca de cómo hace para sostenerse un almacén que permanece vacío, pero esta evocación se desvanece tan pronto paso la página y continúo mi lectura de las siguientes.

Como todavía es muy temprano para que pasen  fútbol inglés en la televisión, mejor sintonizo la radio.  Me entero de que la extradición de David Murcia Guzmán ha sido autorizada por el gobierno colombiano.  Cuando escucho la noticia vuelve a mi pensamiento uno que siempre me llega cuando oigo o leo noticias de extradición a los EU y es que, salvo contadas excepciones, se llevan presos o presas a personas que no han hecho otra cosa que anhelar e imitar lo más estrafalario del modo de vida americano y de considerar su adhesión al ideal gringo como supremo ideal.  Pero esta vez agrego una consideración: mientras nos enterábamos de que gente muy rica de Colombia había sido perjudicada por la estafa del banquero Madoff, a través de la intermediación de un miembro de la burguesía bogotana (siempre invitado a las revistas del corazón que suelen divulgar los modos de vida de los ricos) al mismo tiempo se dictó orden de captura contra el dueño de una empresa que gozaba de aprecio oficial, financiaba programas de televisión, prestaba sus filiales para transportar firmas del referendo, beneficiaba a toda clase de políticos y se había asociado con apreciados miembros de la burguesía bogotana y de los círculos cercanos al poder.  Uno no puede evitar hacer un cálculo, a  manera de conjetura: los poderosos de aquí perdieron su plata allá  y al mismo tiempo capturan a un arribista de aquí… En fin.  Simple conjetura.  No soy quién para juzgar.

Doy fe de que terminando con El Espectador de este día no esperaba  rematar con la siguiente nota, publicada en última página, sección habitual dominical denominada “Alto Turmequé” y que trajo, bajo el subtítulo de “El bautismo de Galán”, el siguiente contenido:

Un verdadero homenaje recibió el pasado fin de semana el senador Juan Manuel Galán durante una cumbre de la iglesia Cristiana La Voz de la Piedra Angular, en el Palacio de los Deportes de Bogotá.  Cuentan que la espiritualidad de los feligreses lo contagió hasta el punto de que el pastor, William Soto Santiago, lo bautizó y pidió a sus seguidores que lo respalden en su naciente carrera política.  El pastor es puertorriqueño, tiene 68 años, es doctor en Psicoanálisis Clínico de la Universidad de Cambridge y su iglesia busca el reconocimiento de los descendientes hebreos desterrados en el año 722 durante la invasión asiria.  Lo llaman “El Ángel Mensajero del Apocalipsis” y “La Voz de la Trompeta Final”.  Asegura que maneja siete millones de fieles y es el mismo a quien por solicitud del senador Alvaro Araújo, detenido hoy por la parapolítica, el Senado le otorgó “Mención de Reconocimiento” en 2005 y a quien el ex representante Juan Hurtado Cano propuso entregarle la Orden de la Democracia Simón Bolívar en el Grado de Gran Cruz Extraordinaria con placa de Oro, decisión que fue revocada.*

Vea pues, me digo: un psicoanalista en esas andanzas. Y de Cambridge.  Y doctorado.  Esto sí es tener memoria: ¿año 722? Carajo: definitivamente, el inconsciente sí que desconoce el tiempo.  Pero hay más.  Reparo que en el conflicto de Bosnia-Herzegovina, uno de los mandatarios acusados de genocidio, era psiquiatra, así como psicólogo el líder guerrillero congolés juzgado por la Corte Penal Internacional como reclutador de menores, y, más recientemente, el psiquiatra de origen musulmán, egresado de Virginia Tesch, que acribilló a 13 de sus compañeros y dejó heridos 31 en la base militar más grande de los Estados Unidos, en Texas.  Y que un estudiante de derecho asesinó al jefe de postgrados de ingeniería de una prestigiosa universidad.  Y que un estudiante de medicina apuñaló a otro en pleno centro educativo, en otra prestigiosa universidad de la ciudad.  Y que un concejal fue capturado acusado de contratar sicarios para asesinar a su esposa.  Y que los estudiantes de una universidad, prestigiosa también, lincharon –literalmente- a un rufián callejero.  ¡Caramba! ¡No podremos quejarnos por la falta de tema!

Mientras, sigo con lo que estoy: estoy en lo que he sido y en lo que seré

AY PAÍS, PAÍS, PAÍS (Piero mi querido Piero…)

Termino El Espectador.  Sirvo otro café.  Escucho a Diana Uribe asegurar que los tales pastorcitos de los villancicos de navidad no eran ningunas peritas en dulce.  Que fueron ellos los soldados de las cruzadas que avanzaron contra los musulmanes dejando destrozo, fuego y sangre a su paso.  “¡Ahora se jodió la novena!”, pienso, cuando canten “Vamos, vamos, vamos pastorcitos/ vamos, vamos, vamos a Belén…”.  A diezmar, pero no en el sentido de pagar el diezmo, sino en el otro, el correcto, que a la larga, viene a ser casi el mismo. Da igual perder la bolsa o la vida, aunque el facineroso nos haga suponer que nos concede el derecho a escoger, pues, en caso de escoger la vida ¿qué será de la vida sin bolsa…?

Paso a El País.  Encuentro en la página B3, sección “Voces y Murmullos”, bajo el subtítulo “Bella y Sencilla”, declarándome dueño de las cursivas:

Impactada quedó la prensa en Cali con la sencillez de la modelo Valeria Mazza, a pesar de ser argentina. Además de su belleza, posee ángel, siempre está sonriente y posee un exquisito sentido del humor.  Pero lo más extraordinario es que Valeria está dispuesta a hablar de todos los temas, sin condiciones, incluida su vida personal. Un ejemplo para nuestras divas que ponen más condiciones que un turco y solo responden cuestionarios por e-mail.

Dos procedencias despachadas como sospechosas en un solo párrafo, Argentina y Turquía.  Más simpático es el recuerdo que me viene a la cabeza.  Le escuché al coordinador de la especialización de Psicoterapia de Orientación Psicoanalítica de la Universidad San Buenaventura de Cali, el doctor Gómez Gallego, lo que le sucedió con el Psicoanalista argentino, radicado en México,  Néstor Braunstein.  Alguno de los presentes en la recepción realizada en honor a quien había sido invitado para dictar un seminario, le preguntó porqué, siendo él argentino, mostraba la sencillez que lo caracterizaba, a lo que el psicoanalista respondió: “Bueno… algún defecto tenía que tener”.

En la página aparece una foto de la modelo argentina mientras conversa con un prelado de la Iglesia Católica, invitados ambos a inaugurar un almacén en conocido centro comercial de la ciudad de Cali.  El siguiente es el texto del pie de foto:

Monseñor José Daniel Falla no podía creer si se trataba de una belleza angelical o terrenal cuando vio a Valeria Mazza, durante la inauguración de un almacén en Cali.  La top model argentina se confesó con el religioso sobre sus cuatro hijos y lo mucho que le gusta Colombia.  Se desconoce si le puso penitencia o no.  

Me quedo pensando en la noción de pecado del redactor y a medida que se va agotando este banal pensamiento llego a la página B11, en la que aparece una entrevista con el saliente presidente del club deportivo América de Cali, abogado Carlos Puente, utilizando un fragmento de su declaración para ser titulada como “Me voy a poner a vender minutos”.  Contando al entrevistador qué cosas ha hecho para disponer  del pago de los dineros que le adeudan al club, dada la situación legal en que se encuentran por acción sancionatoria del gobierno norteamericano (la llamada Lista Clinton), el periodista le pregunta si en este equipo sin cuentas bancarias le ha tocado cargar plata en el bolsillo, a lo que el abogado responde, siendo  nuevamente yo el responsable de la cursiva:

Cuando se hizo la venta de “Barranca” Herrera me tocó traer de Beirut como US$200.000.  Yo  un  peso que no sea mío no duermo, entonces de allá me vine rapidito…  Viajé a París y del aeropuerto tenía que coger un tren que iba lleno de árabes y yo me imaginaba que me iban a robar… A la llegada a Bogotá, con lo jodida que es, estaba esperando a que me dijeran algo, pero yo me metí la plata y pasé: donde me digan algo, me voy pa´la cana.

El diario El País ha llegado en desorden, por eso es que paso a la sección A después de haber leído la B.  En el fútbol sería un ascenso, en la lectura del periódico ni siquiera es una incomodidad.  Después de Joyce con Ulises, Cortázar con Rayuela,  García Márquez con El Otoño del Patriarca y de Daniel Pennac con su Como una Novela, uno puede leer como le plazca lo que lee.  No hay mortificación con la alteración del orden.  No es una orden, es una sugerencia.  Prefiero divagar pensando que hago parte de una comunidad silenciosa, que ni siquiera se reúne, y que practica al mismo tiempo el fabuloso oficio de leer prensa. Probablemente errática, seguramente ingenua por lo que Borges dice de la prensa, que nos hace creer que todos los días suceden cosas nuevas.   

Paso, pues, en la sección A, a las páginas de opinión.  Encuentro en la A15 la columna de Carlos Lleras de la Fuente, denominada “Elogio de la Locura”, y que esta vez él titula “La canalla tomándose a Bogotá”.  Cito el siguiente fragmento, de nuevo reservándome el derecho a resaltar con cursiva:

Pero lo que sí es un hecho, en todos los niveles del país y particularmente en Bogotá, es la llegada de la canalla –no pocas veces además corrupta- a posiciones que los ciudadanos reservaban para la gente valiosa, sapiente y honrada. 

Con nostalgia leo la integración del Concejo de Bogotá en buena parte del siglo XX y XIX y la comparo con la gentuza ordinaria y guache que enloda el recinto de esa Corporación para concluir que hay multitud de hampones espirituales y de toscos patanes que golpean a las mujeres o, lo que más nos ha traumatizado, que llegan a contratar un sicario para asesinar a su esposa.  Por supuesto que con sólo verles la cara la Policía debería de encerrarlos en La Picota por presunción de derecho de que son culpables de algo.

La cosa se pone seria, pienso, después de leer esto del que cada ocho días da muestras de una soberbia propia de quien se presume descendiente directo de la divinidad.  Pero recuerdo a Orlando Cajamarca cuando, en el taller de literatura de Renata, un sábado maravilloso de estos, nos contó que los términos “guache” y “guaricha”, empleados en la actualidad como insultos, correspondían a dignidades de autoridades muiscas, el primero para un sabio de la comunidad, el segundo para una mujer con el rango de princesa.  Como suele suceder: el alarde, la presunción, el uso del conocimiento como emblema de riqueza, no hacen más que esconder la más profunda ignorancia. “Por su rostro los conoceréis”, hace parte de la ideología más bárbara y pueril del racismo.

Ahora bien, se puede entender que este señor se postule representante del bien, de la nobleza y hasta de la moralidad pública, pero, considerar que todos los males del presente se incubaron en el presente y que el estrato social al que él pertenece,  infatuado por descender, sin equívocos en el camino, de antepasados españoles, no ha cometido los crímenes de asesinato y corrupción que él atribuye a las nuevas personalidades del mundo político, no es más que un vulgar y corriente prejuicio. Un pobre diablo, como cualquiera otro. 

Paso la página. Me encuentro en la A16 con la columna denominada “El invitado”, de Jorge Ramos, esta vez titulada “Conversando con la Reina Noor de Jordania”. ¡Ah! ¡Con que tenemos una reina! ¡Qué bien! Tuerto: ya- la-cosa-es-otra-cosa.

Se trata de la misma reina que, hace unos años, llegó presurosa a Colombia, después del incidente de la venta de las armas del gobierno de Fujimori (“¡Este país necesita un Fujimori!” ¿recuerdan?) a las guerrillas colombianas, armas que habían sido adquiridas en Jordania,   país en el que la reina Noor es principalísimo miembro de la realeza… Extraño fue aquel viaje, sobre todo porque la gran prensa de este país, tan dada a comportarse del mismo modo que los habitantes de provincia representados en la película “El Embajador de la India” con los personajes de la realeza, guardó  silencio a discreción en aquel entonces y la reina pudo hacer sus gestiones personales sin temer estorbosas interrupciones periodísticas.  Esta es la misma reina, la reina Noor de Jordania, la que responde a Jorge Ramos del siguiente modo, a su pregunta (“¿cuál es el principal malentendido que hay sobre el mundo árabe y musulmán?”):

Uno de los problemas es que en un país como los Estados Unidos, por ejemplo, es muy difícil tener una cobertura de prensa balanceada sobre el mundo árabe y musulmán… la mayor parte de la cobertura es tendenciosa.

Curioso tiempo este en el que hasta los monarcas se consideran discriminados. Pero no se trata de un “Mundo al Revés”, como el de Paco Ibáñez.   

Llego a la página A17, en la sección “Respuestas a Columnistas”, en carta escrita a propósito de una columna anterior de Gonzalo Gallo, el lector Eugenio Correa Young, escribe:

Sobre el tema que trató el 20 de noviembre aclaro que pertenecemos a Occidente y el asunto que se presenta, desde una presunta óptica budista, fue analizado hace quince siglos por San Gregorio Magno.  Creo que importar cultura a Occidente, que está lleno de una variedad magnífica de fuentes, es llevar leña p’al monte.  Existe el agravante de las diferencias estructurales de los idiomas de ambas culturas, lo que puede sembrar más confusión que sabiduría.

Bueno, este lector por lo menos no se remite hasta el primer siglo de nuestra era, como la iglesia del psicoanalista pastor puertorriqueño, la de la roca angular, la del condecorado, la de la voz de la trompeta… 

Termino con El País y voy a resolver menesteres propios, entre ellos, servirme otro café, esta vez más cargado.  Nada que empieza el fútbol inglés y por un noticiero deportivo me entero de que ayer Manchester United derrotó 3-0 al Everton.  “¡Shit!”, digo en voz alta.  Cambio de canal.  Torneo de la Calcio, partido Milan contra Cagliari, el marcador está 1-2 y lo peor para el Milan es que el Cagliari juega muy bien, Milan menos, aunque vuelvo a contemplar destellos del magnífico juego de Ronaldinho, hay que esperar.

MENOS TIEMPO PARA EL TIEMPO

Tomo El Tiempo entre mis manos, me hago un ocho tratando de organizar sus secciones deshaciéndome de la publicidad que viene, como inserto, con  la edición.   De entrada, la primera página me cautiva: un conjunto de mujeres, modelos de Victoria’s Secret casi todas mirando al lector, la magia de la fotografía me hace imaginar que es a mi a quien miran y en ese instante pierdo la noción de pertenecer a la comunidad que no se reúne, la de los lectores de prensa.  Estoy solo, aquí, contemplándolas, me contemplan hasta que, ¡zaz!, el Milan empata y pronto se pone arriba en el marcador, todo gracias al buen juego recuperado por el que nunca se debió despedir del FC Barcelona, el muelón al que se considera dueño de una sonrisa permanente y sin esfuerzo, Ronaldinho.

Las modelos están hermosas.  Se me atraviesa el inoportuno pensamiento acerca de si los diseñadores de Victoria’s Secret  son del mismo pensar de Tommy Hilfiger revelado por Molano, pero, se trata de mujeres blancas y negras, que aparecen en esa foto, diversidad que responde a mi inoportuno interrogante.  Perdón, muchachas.  Relax…

La edición de El Tiempo, como siempre tan pesada, la paso de largo, prometiéndome retomarla más tarde, durante horas de la tarde, hasta llegar a la página editorial en donde me encuentro con  los columnistas habituales, dos de los cuales, Santos Calderón y Samper Pizano, coinciden en demostrar la insolidaridad norteamericana con el gobierno colombiano a propósito de la crisis con Venezuela.  Daniel Samper se extiende, además, mostrando la inequidad que existe con los subsidios entregados por el gobierno a los pequeños floricultores comparado con los concedidos a las grandes empresas.  ¡Proporciones del orden de 900 millones a noventa y dos pesos con ochenta centavos! Una barbaridad…

Y después se quejan de por qué el mundo está como está. María Isabel Rueda,  involucrada casi como parte interesada en el proceso que se sigue contra el Almirante Arango Bacci, se pregunta si Piedad Córdoba tiene patente de corso como para que se le perdone su solidaridad con un activista de derechos humanos acusado de guerrillero.  Piedad Córdoba, la negra blanco de todos los prejuicios racistas de este país. María Isabel Rueda, la que siempre invita en su programa radial de los domingos, a los mismos y a las mismas de siempre, ninguno de ellos sospechoso de genes raciales africanos.  María Isabel Rueda, la abogada-periodista de la emisora W, miembro pues de ese sainete experto en simular la disidencia que con ellos revela su dependencia del libreto publicitario, del simulacro y de la postura políticamente correcta.

En la sección “Domingo a Domingo” me encuentro con una entrevista de Myriam Bautista, a Claudia Feld, científica social que toma por objeto de investigación el comportamiento mediático de la televisión argentina durante la dictadura militar.  Esta entrevista aparece en la página 10 de la sección mencionada.  A la pregunta de la entrevistadora  -“¿Cuáles son los riesgos para la construcción de memoria?”-, la investigadora responde:

Los lenguajes mediáticos, la comercialización, la estandarización de estos hechos generan un tipo de memoria que, por un lado, advierte que hubo desapariciones; pero por otro, las vacía de su complejidad, se trivializa.  Es un vaciamiento político de los medios con respecto al presente.  Medios sensibles a las violaciones de los derechos humanos del pasado y no del presente, ponen el acento en lo que pasó pero cortan los lazos con el hoy.

Nos vamos entendiendo, ¿eh?  Esto es hablar claro, y deberíamos extender la respuesta al asunto del racismo, de la inequidad y de la confrontación violenta. 

Pero me dejo llevar atentamente por el segundo tiempo del partido del Milan contra el Cagliari, marcador final 4-3, buen fútbol. 

Después de almorzar duermo una siesta, antesala de la contemplación de otro fútbol, el de aquí, otra cosa, puede que no tan buena como la europea, pero al fin y al cabo de aquí, que es donde vivo, o por lo menos, como tantos, intento vivir.

CODA

Con motivo de la fiesta navideña, la alcaldía de Santiago de Cali fue objeto de una acción de tutela por parte de los vecinos habitantes del Oeste de la ciudad que protestan contra el evidente perjuicio que reciben en su derecho a la movilidad.  El alcalde, sin detenerse a pensar reflexivamente en las razones invocadas por la protesta, acusó de racistas los argumentos de los querellantes.  Colocarse en los zapatos de familias que pueden haber tenido graves problemas, por ejemplo, para poder resolver emergencias de salud con la premura requerida, hubiera permitido encontrar un clima de comunicación que la acusación de racismo impidió radicalmente. 

Lo cual no quiere decir que no exista racismo y xenofobia y regionalismo y discriminación.  El recorrido de esta lectura me ha llevado a encontrarme con noticias, opiniones, comentarios, etc. que dejan entrever el deslizamiento a una forma de interpretación de las diferencias inevitables entre los seres humanos, en la que predomina el prejuicio, la aprehensión y la suspicacia, ingredientes de una receta que termina por cocinar ese plato nauseabundo del nacionalismo y de la guerra. 

Soterradamente, poco a poco, parece que vamos avanzando en una dirección equivocada.  Si en lugar de haber destinado la mañana del domingo a la lectura de la prensa hubiera optado por asistir a misa, a lo mejor habría participado del momento en que los feligreses se abrazan mientras se desean, unos a otros, la paz.  Hubiera sido maravilloso.  Haría parte de ese coro del silencio que toma por prudencia lo que no es más que evitación irresponsable del afrontamiento de lo conflictivo. Como cuando las jerarquías callan al ser enteradas de abusos cometidos por algunos de sus prelados.  Pero recuerdo un fragmento de canción interpretada por Quinteto Tiempo, de la Argentina, no sé si de Alfredo Zitarrosa o de quién: “El patrón está contento/ porque me ve religioso/ soñando con la otra vida/ y en esta comiendo poco”.  Entonces creo estar en comunión con los míos, con los que son como yo, de carne y hueso, y reemplazo la liturgia con la escritura de esta crónica para que sea leída por quien desee hacerlo.

Santiago de Cali
Noviembre 22 de 2009






* Ocho días después, 29-11-09, Alfredo Molano publica una rectificación que reza así: “Nota: Debo presentar disculpas a mis lectores sobre el caso Ophra: en realidad, la famosa presentadora y periodista norteamericana desmintió en entrevista con el diseñador Tommy Hilfiger en persona la versión difundida por un Hoax que equivocadamente acepté como verdadero”.  Decido dejar escrito lo que aparece, añadiendo esta aclaración del columnista.
* También ocho días después El Espectador reproduce, en la misma sección, una aclaración firmada por el Senador Juan Manuel Galán, que dice así: “Es cierto que estuve presente en el culto de la iglesia mencionada, pero no es cierto que haya recibido bautizo alguno dentro de esta comunidad ni recibí ningún tipo de respaldo político por parte del pastor Soto.  El único bautizo que he recibido fue hace 37 años  la religión  que confieso es la católica.  He acompañado esta celebración religiosa en el marco de mi convicción sobre la libertad de cultos como principio y conquista liberal.  Mi participación en esta celebración, como en otras diferentes expresiones religiosas, fue, en todo momento, coherente con mis convicciones religiosas  discreta para no ridiculizar con mis conductas las creencias de los seguidores de este movimiento”.  

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